Agregamos la zanahoria y la cebolla cortada en brounoisse (cuadraditos pequeños) y salteamos 15 minutos, hasta que se ablanden.
Añadimos la pechuga de pollo troceada muy finita y una pizca de sal.
Salteamos hasta que la carne tome un poco de color.
Añadimos la salsa de tomate.
Tapamos y cocinamos aproximadamente durante 10 minutos a fuego suave, hasta que se forme una salsa espesa.
Comprobamos el punto de sal y reservamos.
Ponemos en una cazuela amplia y no muy alta, agua salada a hervir para cocer las placas de lasaña durante unos 9 minutos, hasta que estén casi en su punto, revolviendo de vez en cuando.
Pasamos por el grifo las placas de lasaña una vez cocidas, las escurrimos y las depositamos sobre una bandeja, untada previamente con un poco de aceite, para que no se pegue.
Calentamos el horno a 200 ºC.
En una sartén antiadherente doramos un diente de ajo troceado en brounoisse (picadito en cuadradito muy pequeño), agregamos las berenjenas sin pelar cortada en rodajas y los champiñones lavados y fileteados.
Salteamos un instante el conjunto, ponemos a punto de sal y sacamos ligeramente al dente ya que se terminaran de cocinar con la lasaña en el horno.
Montaje de la lasaña:
Colocamos las placas de lasaña cocida en una bandeja de horno o molde de pastelería rectangular o cuadrada, untada de aceite de oliva y salsa de tomate.
Sobre estas placas de lasaña vertemos parte del relleno del guiso de pollo.
Cubrimos con una capa de láminas de berenjena, de champiñones y de lasaña.
Repetimos el proceso siguiendo el mismo orden de los ingredientes, hasta utilizarlos todos.
Debemos usar 2 capas de pasta y de champiñones con berenjenas.
Cubrimos la última capa con salsa de tomate, láminas de calabacín y esparcimos el queso Mozzarella.
Horneamos la lasaña en la parte superior del horno durante unos 25 minutos, hasta que esté hirviendo y dorada.
Dejamos reposar durante 15 minutos antes de servir.
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